La película, que tiene como telón de fondo la banalidad y la cotidianidad de la vida cotidiana en una pequeña ciudad de provincia, analiza la relación entre dos amigas que luchan por encontrar su camino en la Polonia poscomunista. Los pequeños acontecimientos de sus vidas representan sentimientos universales de estar atrapadas y perdidas en un mundo nuevo, en contraste con los éxitos del lado oscuro de la democracia: el tráfico de drogas, el crimen y la pornografía. Por su propia naturaleza, la película crea una imagen de la Polonia de provincia después de la democracia, pero su encanto reside en la relación discreta entre las dos amigas y la gente que las rodea y en la estructura de mosaico que construye la película pieza por pieza.