Dos espías extorsionan en la embajada

Acudieron a extorsionar. Como buenos peones del régimen, fueron a espiar, a grabar a escondidas y a coaccionar. Hoy Jorge Rodríguez publicó los audios que según él demuestran que Edmundo González no fue amenazado ni coaccionado. Y para ello, difundió unos audios en los que Edmundo apenas pronuncia un par de palabras. Lo primero que hay que decir es que los hermanos Rodríguez grabaron y sacaron fotos en un reciento, la residencia del embajador, donde está prohibido entrar con dispositivos móviles y cámaras porque está prohibido grabar. El embajador Ramón Santos permitió que se violase una norma que se cumple a rajatabla con cualquier persona que ingrese a la embajada. Y esta acción ha sorprendido e irritado a miembros de la cancillería española. Y lo digo con propiedad. No entienden cómo en una situación tan delicada, el régimen e Maduro exponga de esta forma a la embajada, al embajador, en definitiva, al gobierno de Pedro Sánchez que queda salpicado y ante muchos ojos retratado como colaborador de unos delincuentes que intentan extorsionar al verdadero ganador de las elecciones. Pudieron mostrar las actas para demostrar ante el mundo que Nicolás Maduro supuestamente, como ellos aseguran, ganó las elecciones, pero han preferido mostrar unos audios en los que no se demuestra nada, más a allá de lo que tomaron Delcy y Edmundo en la reunión en la embajada. Apenas unos segundos de audio en los que un acompañante de Edmundo González, que fungía como mediador entre las partes, esboza cuatro ideas en las que se entiende muy poco. En esas ruedas de prensa habituales en las que ataca, insulta y amenaza, el presidente de la Asamblea Nacional írrita lanza su primer argumento para demostrar que Edmundo firmó libremente, porque le dio la gana, porque él se levantó un día con la inspiración de redactar una carta para reconocer a todos los poderes chavistas, como si se tratara de una democracia.
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