Movimientos Posmodernos. CÓMO NOS HAN MANIPULADO

Movimientos Posmodernos. CÓMO NOS HAN MANIPULADO 1. A partir de la Guerra Fría y, de forma abierta, a partir de los años 90, las agencias de EEUU y las grandes corporaciones han desarrollado una estrategia con objetivos de enriquecimiento y de control social, para la cual la manipulación de movimientos sociales y de minorías nacionales, sexuales o culturales ha sido una pieza fundamental. 2. Esta estrategia de manipulación ha perseguido distintos objetivos últimos, como la reducción de la población (en el caso del feminismo o de las minorías sexuales), el decrecimiento (en el caso del catastrofismo ecológico) o el debilitamiento de los estados nacionales (en el caso de las minorías nacionales). Además, por supuesto, del enriquecimiento corporativo y la división y fragmentación social. 3. La élite corporativa ha obtenido hasta ahora excelentes resultados de esta estrategia. Y la destrucción social y económica generada parece fuera de duda. Sin embargo, desde la perspectiva de los intereses objetivos de los propios movimientos sociales y minorías utilizados, el balance ha sido más bien contradictorio. 4. A corto plazo, parece evidente que las minorías sexuales han conseguido avances sustanciales. Es dudoso en el caso de las mujeres que, junto a un claro avance en la emancipación formal, se han visto sometidas a una inusitada sobre-explotación laboral. El movimiento ecologista también ha conseguido situarse en el aparente centro de las dinámicas sociales occidentales, aunque el catastrofismo climático ha destruido las bases racionales de este movimiento y, con ellas, sus expectativas de futuro. El caso de las minorías nacionales es difícil de sintetizar, por la diversidad de situaciones. En términos generales, las minorías territoriales se han sentido cómodas y socialmente protegidas, aunque las mejoras reales de su respectiva situación hayan sido dudosas. 5. De cualquier forma, la manipulación de estos movimientos y minorías implica que hemos sido utilizados con fines que, con frecuencia, son socialmente destructivos. O que, en otras ocasiones, son percibidos así por amplios sectores sociales. Todo ello tiene dos implicaciones que debemos tener muy en cuenta. 6. La primera es que debemos ser conscientes de que nuestra posición durante los últimos años ha sido “relativamente” cómoda gracias al apoyo más o menos indirecto de la élite corporativa. Una élite corporativa a la que, en realidad, le importamos bien poco. Ni la emancipación de la mujer, ni la protección del medio ambiente, ni las minorías sexuales, ni las minorías territoriales. Esto significa que, en cuanto les interese, estas élites nos dejarán tirados de un día para otro y sin ningún problema 7. En segundo lugar, es importante ser conscientes de que la situación ha llegado a un límite que puede estallar en cualquier momento. Ante ese estallido, las minorías posmodernas van a ser el “chivo expiatorio” contra el que el sistema va a intentar descargar la ira de todos los sectores sociales indignados. 8. Haber sido manipulados por las élites corporativas –o habernos dejado manipular en ciertos casos- tiene riesgos muy importantes cara al futuro. Tenemos que prepararnos para ello cuanto antes. Éste es un proyecto de EKAI Center sobre EL FUTURO DE LA SOCIALDEMOCRACIA. Gracias por tu atención. Sigue con nosotros. PDF:
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