Alfonso Rojo: “Cheerleder Pedrojota, Abascal y deseo de colgar a Sánchez por los pies o por el rabo“

Son tan ridículos, que podemos sucumbir a la tentación de limitarnos a la risa, pero es que estos majaderos nos malgobiernan, nos intoxican informativamente y además nos insultan, todo con nuestro dinero, porque somos los sufridos contribuyentes españoles quienes pagamos a Sánchez y a la recua de paniaguados que prospera a su alrededor. Ni recuerdo el número de veces que, a propósito del infame jefe del PSOE, he escrito eso de que ‘a cada cerdo le llega su San Martín’. La frase alude a los puercos, que después de una larga temporada de chapotear en la mierda y cebarse de pienso y bellotas, ven llegar la matanza y son degollados y transformados en jamón, chorizo y salchichón. No se si debo empezar a preocuparme y pedirle a mi hijo Alvaro, abogado de Periodista Digital, que aliste mi defensa, antes de que estos mendrugos, echándose histéricos las manos a la cabeza, me acusen en los juzgados y las televisiones adictas de estar amenazando de muerte a Sanchez e instando al personal a destazarlo. Porque eso es lo que hacen con Santiago Abascal, después de que en una entrevista con el diario argentino ‘Clarín’ y tras ser preguntado por la ‘astucia’ del presidente del Gobierno, el líder de VOX subrayase que más que hábil es un tipo sin escrúpulos, sin límites, capaz de pisar las leyes, poner en riesgo la unidad nacional o indultar criminales, pero habrá un momento en que el pueblo querrá colgarlo de los pies. Yo y creo que la mayoría de los españoles suscribimos estas palabras, pero desde La Moncloa han tocado a rebato y se ha puesto en marcha la ‘maquina de picar carne’ Vamos a ver, Patxi López… ‘amenazas’ son las que recibieron tus compañeros de partido Fernando Múgica, Tomas y Valiente o Ernest Lluc, antes de ser asesinados por la banda que votó a favor de la investidura de tu jefe y con la que ahora compartís la gestión del gobierno. Del PP no voy a decir nada, porque el melindre va en su código genético y no fueron ni capaces de cerrar filas con Cayetana, cuando le soltó a la cara a Pablo Iglesias que era hijo de un terrorista, algo en que terminaron avalando hasta los jueces. De los periodistas del pesebre, tertulianos de plantilla y demás masajistas, tampoco, pero quiero pararme un instante en la variopinta figura de Pedrojota Ramírez. Escribe Pedrojota: “La infamia de Abascal exige un repudio conjunto de todos los demócratas”. Y añade: “Su vaticinio criminal no puede solventarse con un mero repudio declarativo por parte de PSOE y PP”. Pedrojota, que es un estupendo periodista aunque siempre ha tenido una conflictiva relación con la moral, es muy dado a la cabriola. Pero verlo ayer en el Bellas Artes, en primera fila, a la vera de Begoña Gomez, aplaudiendo como una foca de circo las babosadas que soltaba Jorge Javier Vázquez y contoneándose como una cheerleder cuando Sanchez soltó que tiene un mediador en El Salvador, me dejó de piedra. Palmoteaba a su lado el macarra Óscar Puente, que abandonó su tarea de bloquear tuiteros para asistir a la presentación del libro ‘Tierra firme’, a cuya autora real -la negra Irene Lozano- relegaron a segunda fila y ni dejar subir al estrado. En el Bellas Artes, que por cierto fue cheka y espantoso centro de tortura durante la Guerra del 36, había ayer 14 ministros y unos 100 policías con pistola, que no pudieron evitar que la ciudadanía abucheara otra vez a Sanchez, anhelando que lo cuelguen cuanto antes por los pies, por el rabo o por donde sea.
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