Eurico Campano: “¡Sánchez no engaña ya a nadie, ni para vender un coche de segunda mano!”

Durante años, cada vez que veía a Pedro Sánchez, que nunca ha sido santo de mi devoción, me venía a la cabeza una mítica letra de mi juventud: ’Duro de pelar acostumbrado a la violencia, duro de figura todo plenas energías...’ Como suele ocurrir, se ha ido convirtiendo con el paso de los años en una caricatura de sí mismo. Dicen por ahí de él, un tipo al que siempre ha gustado adobar su personaje -entre las mujeres y entre las señoras- de tipo guapete, con esa mandíbula cada vez más endurecida, que cada vez se le ve más hundido y patético. Una caricatura de sí mismo. Ana Rosa le puso en su sitio. Pedro Sánchez se ha convertido en un tipo que ha envejecido mal y que es más y más prisionero de su personaje. Un mentiroso, por muy actor y seductor que haya sido. Cuando tus hechos no acompañan a tus palabras o a tu gestualidad, acabas por perder el crédito y caer en desgracia. Uno ve a Alberto Núñez Feijóo, que a muchos puede parecer algo soso, pero resulta fiable. Tal vez no sea la ’alegría de la huerta’, pero es alguien serio, que es exactamente lo que necesitan los españoles. Por sus hechos le iremos conociendo. Lo cierto es que, si preguntamos hoy a los españoles de quién se fiarían, si de Sánchez o de Feijóo, a quién confiarían una tarde a sus hijos, o a quién comprarían un coche de segunda mano, la mayoría no tenemos duda alguna. ¡18 días para la libertad! ¡Ciao, Pedro, ciao!
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