Ha llegado el tiempo en el que sólo los esfuerzos diarios que apliquen para dominar la ciencia Divina pueden cambiar la situación del planeta. ¡Ahora ha llegado el tiempo en el que todos sus esfuerzos serán multiplicados cientos de veces! Y no se confundan por el hecho de que no todo a su alrededor cambia tan rápido como nos gustaría. Desafortunadamente, la materia es muy inerte, y sus esfuerzos sólo se manifestarán al final de la presente década. ¡Y les prometo a cambio que una nueva dote de energía Divina