Tiempo de espera... ¿a qué?

El que espera desespera y al que aguardas nunca llega, decía aquel dicho mundano. Los cristianos sabemos que quien espera la manifestación de Dios no espera en vano. Nuestra presencia y nuestras actitud expectante es testimonio de Aquel en quien hemos puesto nuestra esperanza. El sello de lo divino lleva la marca de la alegría y el gozo, de la confianza firme en que Dios no pierde batallas. Comienza el Adviento, tiempo de espera. Vigilad y manteneos firmes en la fe, cuidado que nadie os engañe.
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