La Cenicienta 1959

Érase una vez una hermosa y bondadosa joven llamada Cenicienta, a quien su cruel madrastra y sus dos hermanastras obligaban a ocuparse de las labores más duras del palacio, como si fuera la última de las criadas. Sucedió que el hijo del Rey celebró un gran baile. Cenicienta ayudó a sus egoístas hermanastras a vestirse y peinarse para la fiesta. Cuando se hubieron marchado, la pobre niña se echó a llorar amargamente porque también le hubiera gustado ir al baile del Príncipe. Pero he aquí que se le apareció s
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